El Barça-Atalanta, un duelo clave para el futuro en la Champions

La apoteósica remontada que protagonizó el Barça en Lisboa es ya historia de la Champions. Recuperar una desventaja de dos goles en el último cuarto de hora y acabar ganando por 4-5 es un hito al alcance de muy pocos equipos en el mundo. La victoria, además, tuvo el premio de asegurarse de forma matemática la presencia entre los ocho primeros de la fase liga de la nueva Champions, lo que permite ahorrarse los dos partidos correspondientes a la eliminatoria de acceso a los octavos que tendrán que disputar los equipos que queden entre el noveno y el vigésimo cuarto lugar.

Pero, para poder tener la imagen completa de la situación azulgrana a falta de sólo un partido, había que esperar a la disputa de los partidos del miércoles, que da por terminada la séptima y penúltima jornada. Una vez concluida, todavía existen más motivos para poner en valor el rendimiento de los de Hansi Flick hasta el momento. El Barça es segundo, en solitario, con 18 puntos, a tres del Liverpool, líder con lleno de victorias, y con dos más que Arsenal e Inter de Milán, los únicos equipos con 16. Porque, con el nuevo formato de la Champions, en una única liga de 36 equipos, es muy importante haberse asegurado pasar entre los ocho primeros, pero también tiene importancia la posición en la que finalices esta primera fase, pensando en las eliminatorias.

Terminar en el Top-2, clave

Hay que remarcar, una vez más, que los azulgrana tendrán dos semanas limpias en febrero, ya que la ronda previa a los octavos se disputa el 11/12 y el 18/19, lo que permitirá focalizarse en la Liga. Terminar en el Top-8 también garantizará al Barça disputar la vuelta de octavos a casa.

Pero los deberes europeos no han terminado, ya que el partido contra el Atalanta de la próxima semana tiene más importancia de la que parece. Porque el formato de los sorteos también ha cambiado, y es clave quedar lo antes posible. Si el Barça se asegura la segunda plaza (o la primera si gana y el Liverpool pierde), evitaría precisamente al Liverpool hasta una hipotética final.

Porque, una vez resuelta la eliminatoria de acceso a los octavos, los ocho equipos que ya estaban quedarán divididos en cuatro subgrupos, de dos equipos cada uno. El 1º y el 2º, pongamos que sean Liverpool y Barça, irán al mismo bombo: uno irá a la parte izquierda del cuadro, mientras el otro caerá a la derecha. Ahora, las eliminatorias forman un cuadro estático, siendo el último sorteo el de los octavos de final. Entonces, el cuadro quedará definido.

No hace falta remarcar que, en un contexto como la Champions, cualquier rival tiene el potencial para dejarte fuera de combate, y que hablar de evitar equipos pensando en una final es poco menos que utópico, pero por ese mismo motivo, a la larga, todo detalle puede marcar la diferencia. Y, lo innegable es que la gran Champions del Barça le permite elucubrar de esta forma y no pensar en si podrá o no clasificarse.